También conocido como hialino o cuarzo cristal es compuesto por sílice. Es uno de los minerales más abundantes en la corteza terrestre y se presenta en numerosísimas variedades. Como cuarzo cristal, amatista, citrino, cuarzo verde, cuarzo rosa… Su forma helicoidal es única y absorbe, almacena y libera energía. Protege contra la radiación, además genera electromagnetismo y disipa la electricidad estática. Es un gran ahorrador de energía. Aporta armonía al cerebro, a los nervios y a las glándulas y contribuye al equilibrio hormonal e hídrico. Incrementa los efectos de los otros cristales, puede aportar equilibrio a los procesos con el huevo de obsidiana. Favorece la claridad mental, consciencia, la neutralidad y postura firme. Refuerza la percepción, la memoria, la atención y la comprensión. Los cuarzos en general por su capacidad amplificadora no se recomiendan en casos de enfermedades como el cáncer. Una de las razones por la cual el cuarzo es tan eficaz, es que su matriz está formada por tetraedros. Los tetraedros están compuestos de cuatro triángulos y tienen una forma piramidal. Los cristales de cuarzo emiten una energía natural comparable a la electricidad o el magnetismo, que aún no ha sido totalmente descifrada. Si nuestra intención es sanar o transformar nuestro entorno el cuarzo logrará armonizar, unificar y balancear nuestro campo energético vital al interactuar con el mismo mediante diversas formas de vibración, tales como el pensamiento, la música, el color, el aroma, el tacto, etc. Cualquiera de estas manifestaciones amplificará y enaltecerá nuestras energías, sanando y transformando nuestro ambiente y situación.